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- Colecho - |
Desde la
primera noche que nació Daric, hasta el día actual no he dormido ni una sola
noche entera.
Los primeros
días, estas a la expectativa, no sabes nada de cómo cuidar a un bebé, es tan
pequeñito, tan indefenso, que tienes miedo, así que hay estas, cada dos por
tres mirando si respira, si tiene frió, simplemente si realmente está vivo, y
lo está. Está claro que ya no dormirás a pata suelta como lo podías hacer.
Si tienes
suerte y te toca un bebé dormilón, te ha tocado la lotería, pero si ese no es
tu caso, estamos en el mismo lado del barco. Cada dos horas, no hay perdón,
como un reloj, cada dos santas horas se despertaba durante toda la noche, y
cuando ya le has dado la toma que le tocaba, lo dejas a tu ladito de la cama,
te estiras e intentas dormir, pero ¡te has vuelto a desvelar!, en un abrir y
cerrar de ojos han pasada las dos santas horas y vuelta a empezar. Noche tras
noche, día a día. El sueño se va acumulando. No descansas, pero la vida sigue.
Puede llegar a convertirse en algo totalmente desesperante.
"Tienes que dormir cuando duerma el bebé"
- Cuantas veces habré escuchado esta afirmación,
pero, no es tan evidente. Después de una larga noche de tomas cada dos horas,
llega la mañana, con suerte se despertaba a las 08:00, ¡con suerte! intentas
desayunar (con el peque en brazos...), ducharte (metes al peque en el baño),
recoger alguna cosa de la casa, repito intentas, y sin darte cuenta ya te está
pidiendo otra toma, le das pecho... (¡a demanda!), y sin darte cuenta se te está
quedando dormido, así que hay dos opciones, 1- le pones en el carrito y sales a
dar una vuelta para que te dé el aire, 2 - lo pones a dormir en casa y tu echas
una cabezadita (probablemente sea media hora en la que ni tiempo de coger el
sueño). Normalmente, optas por ponerlo en el carrito y salir a airearte.
Vuelves a casa de un paseo matinal, te
espera la hora de la comida, siempre tienes algo que recoger o hacer en casa, aunque
tengas un marido que arrime el hombro un montón, siempre hay algo, comes (si te
deja el bebé) y te dispones a echar la siesta, coges a tu bebé y te preparas
para el gran momento y ¿qué pasará?, con suerte duermes media hora. El
cansancio se sigue acumulando....
"No puedes hacer de súper madre, tendrá consecuencias"
- Y así es, tiene
consecuencias. Consecuencias de dormir poco y mal, como cambios de carácter.
Mi marido y
yo decidimos hacer colecho, por cuestiones de espacio y comodidad nuestra (en
realidad por mi propia comodidad) Error o
acierto, todavía no lo sé. Me encanta
dormir con mi peque, despertarte y que lo primero que veas esa carita
felizmente durmiendo. Por otro lado, llega a ser incomodo. Al principio, la
cama era la normal de 1.35, el bebé también necesita su espacio y no para de
moverse, a si que acabas durmiendo en el borde más exterior de la cama, a punto
de caer, si le dejaba en otro lugar, (una minicuna) parecía que el colchón
tuviese agujas... solución final, comprar una cama mucho más grande.
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